En un mundo de fallas y aventuras secuestradas, se encuentran dos pequeños héroes que pondrán el ejemplo con sus divertidas vivencias, acompañados de amigos muy diferentes.

lunes, 1 de octubre de 2007

Secuestro

Los amigos pasajeros de Aguacate y Mandarina han secuestrado la autoría y publicarán por entregas en este espacio.
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REFORMA
(1ra parte)
Sentados uno frente al otro, arropados en aromas neutros. Los cabellos relamidos y las sonrisas huecas.
“Me dio mucho gusto volverte a encontrar.” Si supiera que la venganza no es dulce, que acrecienta el vacío. Si supiera que tampoco es bueno ser herramienta.
“Muchas gracias por la invitación, aunque me hubiera gustado que dispusieras de más tiempo.” Sólo deseaba salir de allí, el aburrimiento la mataba. Tan pretencioso, tan cerrado y cuadrado. Sus pensamientos se remontaban al vacío de una burbuja hecha por el jabón del baño, translúcida, divertida. Flotaba gracias a su aliento y al vientecillo que entraba por una ventana. Cayó y permaneció por la mitad alrededor de diez segundos, hasta que dejó de existir como tal. Entonces tuvo que volver a su cita.
“De verdad me hubiera gustado mucho seguir conversando contigo. Tu plática es refrescante.” En su memoria estaban guardados pedazos de queso rancio y manteca solidificada en congelador. Mal olor, malos humores. Su apetito se había ido con la primera probada de sus labios cobrizos. ¿Era una mordida lo que hacía que sangrara su labio?
“Voy al baño y ya nos vamos.” La cuenta le valía un comino, no dejaría ni la propina. Sí, se desquitaba con quien no debía, pero la obligación de la buena cara le impedía cualquier tipo de amabilidad. Caminó con paso lento, esperando ser contemplada, y se metió al sanitario. El espejo no la dejaba mentir más; le daba asco y se daba asco a sí misma. Ya lo había hecho y no habría más que hacer. Ahora sólo restaba despedirse cortésmente y, de ser posible, no volver a verlo jamás. De nuevo una pompa de jabón apareció entre sus manos. Le sopló suavemente, se estampó en el espejo y de inmediato reventó. Salió de allí resignada y algo contenta. Se sentó y él tenía una amplia sonrisa.
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La siguiente entrega la próxima semana. Continuará...

2 comentarios:

Chiclocentro dijo...

sácatelas!!!!!
no me dejes con las ganasss!!!!
ya sube lo que faltaaa!!!!

Agnes Seele dijo...

El que sabe, sabe. Este prelude se antoja para un gran relato de los tuyos... que no sea hasta la próxima semana...! curiosidad... proyección...